En su llama mortal...

En su llama mortal la luz te envuelve.
Absorta, pálida doliente, así situada
contra las viejas hélices del crepúsculo
que en torno a ti da vueltas.

Muda, mi amiga,
sola en lo solitario de esta hora de muertes
y llena de las vidas de fuego,
pura heredera del día destruido.

Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro.
De la noche las grandes raíces crecen de súbito desde tu alma,
y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas,
de modo que un pueblo pálido y azul
de ti recién nacido se alimenta.

Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava
del círculo que en negro y dorado sucede:
erguida, trata y logra una creación tan viva que sucumbe sus flores, y llena es de tristeza.

-Pablo Neruda.

Lamento, Charlotte Brotë (1816-1855)

Una más de mis musas predilectas, espero la disfruten tanto como yo. 

Hace mucho deseaba dejar

La casa donde nací;

Hace mucho la usé para sufrir,

Mi hogar parecía abandonado,

Años vacíos en pasillos desolados,

Por las silenciosas habitaciones

Se paseaban acechantes temores;

Ahora, su memoria se vuelca en páginas

Donde la tinta son mis tiernas lágrimas.

He conocido la vida y el matrimonio.

Cosas que en un tiempo fueron brillantes,

Ahora, como hechos absolutos

Flotan en cada rayo de luz.

En medio de la vida, de ese mar desconocido,

Ninguna isla de bendición he conocido;

Finalmente, a través de la salvaje tempestad

Mi pena fue convocada al hogar.

¡Adiós, oscura y empinada profundidad!

¡Adiós, Tierras Extrañas!

¡Arrasa, barre las nubes del cielo,

Abre tu glorioso reino de antaño!

Sin embargo, cuando logré pasar a salvo

Aquel irritante y agotador principio,

Una voz amada, entre temblores y rugidos,

Podría convocarme de nuevo.

A pesar del brillo en el alma de una rosa vespertina

En este Paraíso que se alza sobre mí,

¡William! Incluso desde el reposo del Cielo

He vuelto mis ojos, convocados por ti.

Esta tormenta que surge no retendrá

Mi espíritu, sino que lo exaltará.

Todo mi Cielo residió en tu pecho,

Y sólo allí encontraré la eternidad.

¿Escribo?

Un día, quise experimentar una manera diferente de quedar vacía, esa manera que pocas personas conocen de quedar en completa armonía, con el danzar del silencio produciendo un dulce sueño a la mente y cuerpo.

Quizá fue para ahorrarme el psicólogo y desde el primer instante fue uno de esos pocos actos que me han servido para seguir completa destrozando todo mi interior para pertenecer a todo dimensión. Así fue como termine escribiendo, como termine enamorándome de la tinta, las hojas y los versos, esos versos tan conocidos pero tan singulares que solo hablan de el, con esto he logrado darle el toque irónico a mi vida encontrándome cara a cara con mi alma en cada noche de luna.  

Intento no serlo...

Honestamente este, será el mejor momento de sincerarme de nuevo conmigo misma, aunque mi propia mente intente huir lejos de las burdas palabras que a continuación  plasmaré, intentare que las palabras sean lo más cercano a la perfección claro esa faltante en mi persona, las vanidosas solamente dañaran la hoja para sobrevivir al corto lapso de vida que pueden tener en mi mente. 

Creo que debo confesarles algo que me agobia aunque quizá ya tengan conocimiento de esto, pero mi pasión es escribir, no gozo de la sutileza para ocultarlo, aunque toda la gente cercana me diga que solo es una perdida de tiempo.  Como explicarles que mi vida son letras, que mi vida no es vida si no escribo, mi idea de ser escritora no es ser famosa y vender libros al por mayor ¡Rayos! Eso esta tan claro, lo único que deseo es escribir, es la misma pasión que siento cuando toco mi rostro no pueden separarnos somos uno solo, no encuentro una mejor manera de quedar vacía y extasiarme al mismo instante,  sinceramente no imagino la vida sin esta pasión, el placer que aunque no guste aquí plasmaré.

Sin escribir es encontrar la muerte temprana, temo a la lejanía que mi propia flaqueza pueda provocar, esa amada muerte sobre los miedos abundantes, tan ruidosos y violentos; escribir es mi hermosura, mi paz, un universo entero cae a mis pies, abrazo a la vida,  beso los labios de mi propia alma. No son esas ganas de morir las que me llevan a escribir, no, es el misterio que hay a tu alrededor, esa duda, esa magia que existe en ti, no apresuraré el momento para conocerte, llegarás cuando tengas que llegar, tal vez no esté listo, tal vez si, pues al fin y al cabo en algún momento vendrás hacia mí.

Entre el cosmos infinitos la inmensidad se hará pequeña solo para pertenecer a unas hojas escritas por mi, no intentare ocultarlo pues volaran como mariposas lejos de mi para no ser dañadas, y pedirán a gritos ser leídos más nunca comprendidos. 

Sofía A.

Nostalgia...

La nostalgia es la única que no me abandona aun cuando la soledad me ahoga, es la cobija que otorga ese calor tan extraño a mi alma, con ella escribo más que con cualquier sonrisa. Hace mucho que no subía una entrada al blog cuestiones de tiempo y perdida del mismo, pero vamos también debo tomar tiempo en saludarles así que aquí estoy una vez más en esta ocasión para compartir un hermoso poema de Edgar Allan Poe uno de mis eternos poetas, con el que lo conocí y quede enamorada de la misma prosa.

Simplemente expresa ese amor que sobrepasa la muerte perdura más allá de la tumba porque sus almas siguen unidad gracias al amor tan inmenso que existía en los dos seres y lo que lo hace ver así es el admitir que cada noche se recuesta sobre la tumba junto al mar, aun muerta el amor  la mantiene viva en el. Un poema que es exquisitamente bello.

Annabel Lee de Edgar Allan Poe, 1849.

Hace ya bastantes años, en un reino más allá de la mar vivía una niña que podéis conocer con el nombre de Annabel Lee. Esa niña vivía sin ningún otro pensamiento que amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño y ella era una niña en ese reino más allá de la mar; pero Annabel Lee y yo nos amábamos con un amor que era más que el amor; un amor tan poderoso que lo

s serafines del cielo nos envidiaban, a ella y a mí.

Y esa fué la razón por la cual, hace ya bastante tiempo, en ese reino más allá de la mar un soplo descendió de una nube, y heló a mi bella Annabel Lee; de suerte que sus padres vinieron y se la llevaron lejos de mí para encerrarla en un sepulcro, en ese reino más allá de la mar.

Los ángeles que en el cielo no se sentían ni la mitad de lo felices que éramos nosotros, nos envidiaban nuestra alegría a ella y a mí. He ahí porque (como cada uno lo sabe en ese reino más allá de la mar) un soplo descendió desde la noche de una nube, helando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era más fuerte que el amor de aquellos que nos aventajan en edad y en saber, y ni los ángeles del cielo ni los demonios de los abismos de la mar podrán separar jamás mi alma del alma de la bella Annabel Lee.

Porque la luna jamás resplandece sin traerme recuerdos de la bella Annabel Lee; y cuando las estrellas se levantan, creo ver brillar los ojos de la bella Annabel Lee; y así paso largas noches tendido al lado de mi querida, —mi querida, mi vida y mi compañera, — que está acostada en su sepulcro más allá de la mar, en su tumba, al borde de la mar quejumbrosa.

No quiero un pase a soñar contigo...

Hoy al despertar una mezcla de sonidos bastaron para que mi corazón dulcemente traicionara a mi mente atrayendo consigo un millón de sensaciones, imágenes, aromas y memorias bien guardados, que burdamente creía olvidadas es tan embustera aquella mente, incluso siendo tan mía me hiere vilmente y ahí esta ella jurando abrazarme tal cual viento para regresar mi alma a ese vació que fue pasado y lo peor que al segundo siguiente en mi mano inicia ese cosquilleo particular al recordar como entrelazaba mis dedos con esos risos despeinados, regreso esa vana sensación de sentirme protegida cuando me abrazabas, mi corazón salió de sintonía aumentando la velocidad de mis latidos, mi pulso por el suelo y hasta el cielo bailaron pero esta es una constatación del hecho verídico de que aun no he logrado olvidar, simplemente como el sol atrae a la luna y el día a la noche, mi corazón atraerá  tu recuerdo.

Con cariño Sofía. 

Un simple deseo en esta noche de luna...

Ver a la luna es algo placentero, admirarla o simplemente sentir como su luz acobija mi alma pero incluso tal belleza no atrae calma a mi mente, no tranquiliza mis pensamientos en esta burda lejanía que nos trajo el destino. 

Solo deseo que tu subconsciente otorgue eternidad a nuestro recuerdo para así el tiempo no rompa estos sentimientos. Deseo ardientemente que cada estrella me permita reflejarme en ellas y en el acto sea como reflejarme en tus ojos esta noche que no te tengo a mi lado. Deseo que el viento perdure tu aroma para con su tierno juego del vaivén me regale una vez más ese aroma tan particular. 

Tan solo estoy aquí postrada ante la incierta oscuridad de la noche con el viento acariciando mi rostro y enredando mis cabellos, pero estas no son las caricias que deseo esta noche, pero que puedo hacerle al viento para que pare en sus eternos mimos a mi cuerpo. 

Solamente deseo que mi destino este sellado al tuyo. Dese una vez más la vida otorgue el camino para la unión de nuestras almas, lo reconfortante de todo este dolor momentáneo es que nuestras almas están hechas de roble, lucharan para encontrarse de nuevo y renacerán con el amor pausado de nuestros corazones, este amor que solo dormirá cuando el cuerpo se vaya lejos, cuando el cuerpo no sea más que polvo, cuando este cuerpo no sea cuerpo sea tan solo una nada, nuestras almas saldrán de estos cuerpos sin vida para esperar un nuevo encuentro en aquella fecha incierta.

Y aquí estoy a la orilla de la cama intentando hacer de estos burdos deseos una realidad cercana. 

Con cariño Sofía.